Una vez más ha vuelto a acaparar todas las portadas y de nuevo por motivos que nada tienen que ver con su "puesto", la princesa Letizia da la campanada con su tocado en la ceremonia de entronización de Guillermo y Máxima de Holanda.
Esta vez las críticas negativas pesan más en la balanza, el diseño de María Nieto no terminó de entenderse, un plato de rafia con plumas en gris perla hizo que muchos se cebaran con él. La edición americana de Huffington Post titulaba "What the fuck", no terminó de entenderse el atrevimiento de la princesa.
Los sombreros, a juzgar por las críticas, no son lo suyo, en Luxemburgo no gustó con una pamela que consideraron demasiado grande para su menudo rostro y en la boda de Guillermo de Inglaterra con Kate Middleton tampoco estuvo a la altura de las damas británicas tan acostumbradas a cubrir su cabeza con gracia.
Una cena, un evento, un acto, y mil vestidos mirados con lupa. Triunfar siempre es complicado, sin embargo en el tema de los sombreros parece que todos se ponen de acuerdo: la princesa Letizia mejor sin ellos.
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