El MET de Nueva York homenajeaba esta noche por todo lo alto al punk. El dress code quedaba marcado por esta radical temática, aunque no todos siguieron las recomendaciones.
Madonna se embutió en una chaqueta de tachuelas, medias a medio muslo, rejillas y una peluca recta morena que le daban un aire sadomaso a toda una experta en el arte de la provocación.
Pero si alguien acaparó fotos esa fue Sarah Jessica Parker, o mejor dicho, su peinado robó todos los flashes de la noche, una barroca cresta que no le quitó un ápice de elegancia a su look.
Miley Cyrus, sin rastro ya de Hannah Montana, retrocedió en el tiempo para destacar con un vestido de rejilla y cresta rubia firmado por Marc Jacobs.
Otras como Gwyneth Paltrow o Beyoncé eligieron modelos alejados de lo que recomendaba el protocolo, vestidazos de alta costura, Valentino y Givenchy.
Y la representación española llegó de la mano de alguien que vivió muy de cerca el punk, Pedro Almodóvar, que esta vez dejó de lado la movida para aparecer sobrio en la alfombra roja y de la mano de Amanda Seyfried.
Una fiesta que prometía locura y fantasía, que permitía arriesgar, y quedó en simple intentona. Para la foto las celebrities no quieren disfraces.
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