Fundada en 1918 por el diseñador vasco Cristóbal Balenciaga, la casa es sinónimo de alto diseño, siendo una de las primeras firmas de principios del siglo XX.
La realeza, aristocracia o el star system del cine clásico como Marlene Dietrich entendieron desde el principio que estaban en manos de un gran maestro. Su aguja redefine la silueta femenina, convirtiendo cada vestido en una obra arquitectónica , con cortes impecables, que elevan a la mujer que lo lleva a una categoría superior
Balenciaga era hijo de una costurera de un pequeño pueblo de pescadores, al que París, donde tuvo que huir por la guerra civil, dio la oportunidad de convertirlo en el gran diseñador que hoy conocemos.
Aunque el modisto murió en 1972 en 1987 la firma vuelve con una colección de prêt-à-porter. A pesar de esta resurrección habría que esperar a la llegada del joven diseñador francés Nicolas Ghesquière para que la casa comenzara a recuperar su prominencia anterior. Ghesquière fue pronto denominado como el mesías por la prensa.
Fuentes: Style.com
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